Este pequeño pueblo, ubicado en la costa del mar Mediterráneo, es famoso por su arquitectura y su belleza natural. En la Edad Media, el borgo di Cervo era un importante centro comercial gracias a su puerto natural y a su producción de coral rojo.

La historia del coral en Liguria se remonta a la época romana. Sin embargo, durante la Edad Media, el coral rojo de Liguria se convirtió en uno de los productos más valorados en el comercio europeo y asiático. Los pescadores locales se aventuraban en el mar para recolectar el coral rojo, que era utilizado en la producción de joyería y artículos de lujo en todo el mundo.

El borgo di Cervo, con sus callejuelas empedradas y sus antiguas casas de piedra, es un testimonio vivo de la historia medieval de la región. Este pequeño pueblo, con vistas al mar y rodeado de colinas verdes, es un destino turístico popular para aquellos que buscan un escape de la vida urbana. Los visitantes pueden pasear por sus calles estrechas, visitar la iglesia medieval de San Giovanni Battista y explorar las tiendas de joyería de coral.

Liguria es la región más boscosa de Italia, donde el monte se zambulle directamente en el mar, formando esos acantilados con casitas de colores reconocidos en todo el mundo. En la zona del Ponente (Liguria se divide en el Ponente y el Levante, de acuerdo a donde salga o se esconda el sol), la “Costa de las flores” va desde Cervo hasta la frontera francesa con un sinfín de bahías, puertos y playas que en muy poco espacio se transforman en valles, cañones y cumbres encantadores.

Considerado como uno de los burgos más lindas de Italia, Cervo ha conservado intacto su aspecto y su calma. Mirando al mar desde lo alto, y protegido de torres y muros entre las colinas, su centro histórico se puede conocer solo caminando y es un pequeño laberinto de belleza.

Con una oferta más bien limitada, en el lugar es posible encontrar algunos bed and breakfast y en la zona del mar, algunos campings más informales. Entre restaurantes de autor o pequeñas trattorias familiares, se entrelazan los ateliers de los artistas y los locales con música en vivo para hacer aperitivos. El pueblo cuenta con varias bodegas artesanales que trabajan el cuero, el vidrio, la madera y la cerámica.

La historia de Cervo

Un antiguo asentamiento parece remontarse a la época prehistórica cuando la zona estaba habitada por los Liguri Ingauni, la antigua población local. Es en 181 a.C. que Cervo fue conquistada por el Imperio Romano hasta su caída en 476 d.C.

En esa época funcionaba la Vía Aurelia, una vía consular que unificaba diferentes tramos de carretera que ya existían, para conectar las ciudades etruscas. En esta ruta, solían haber las “mansio” romanas, lugares para pasar la noche, una especie de paradas para el uso de oficiales y hombres de negocios a lo largo de sus viajes por el Imperio.

Cerca de una mansio romana nace Cervo, este pequeño poblado de cara al mar caracterizado por su belleza y por su fácil defensa, ya que la parte más alta de su territorio está rodeada por todas partes de acantilados erosivos infranqueables de más de doscientos metros de altura, lo que lo convierte en un ejemplo único de territorio-fortaleza.

En los siglos de la Alta Edad Media, marcados por las invasiones bárbaras, la posición favorable del pueblo, aislado en un espolón y fácilmente defendible, garantizó su desarrollo.

Las numerosas incursiones de los temibles piratas sarracenos fueron un fenómeno común en toda la Liguria occidental. Sin embargo, se concentraron más en Cervo, ya que los piratas se sentían atraídos por su comercio de coral. De hecho, la pesca de coral en los mares de Cerdeña y Córcega era la principal actividad de sus habitantes.

Al igual que el resto del territorio de la zona, Cervo era parte del dominio de los marqueses de Clavesana, un antiguo estado medieval. Después de haber sido comprado en el año 1172 por la orden de los Caballeros de Jerusalem, el borgo se revela y se declara como un comune libre bajo la protección de la República de Génova, quienes lo gobernaron durante toda la Edad Media.

Para el 1600, los constantes combates entre Génova y los Savoia, llevó a todos los pequeños borgos de la zona, a sufrir los contantes ataques, saqueos e incendios por parte de los cambiantes enemigos de la república.

Con la llegada de Napoleón, el territorio ligure encontró un poco de paz. Es recién en 1923 que junto a otros 8 comunes de la zona, que Cervo inicia a formar parte del Comune de Diano Marina. Después de la IIGM, Cervo se consolida como un comune autónomo.

 

El borgo

El Castillo de los Clavesana, construído alrededor del Siglo XIII directamente en la roca, encuentra su origen en una torre romana. Durante el gobierno de los marqueses habitaron allí permanentemente, para pasar luego a ser el parlamento del Comune y baluarte defensivo contra los Saraceni. El castillo fue utilizado además como hospital donde eran alojados mercaderes y viajeros.

Recientemente reestructurado, el castillo es hoy la sede de la Oficina de Turismo y sede del Museo Etnográfico del Ponente Ligure.

 

Iglesia San Giovanni

Construída entre el siglo XVII y XVIII, esta iglesia es el mayor monumento barroco de Ponente Liguria y domina el paisaje por su posición escenográfica. Esta iglesia es conocida como la de los coralinos, ya que fue construida gracias a los ingresos de la pesca del coral, que los pescadores de Cervo practicaron por siglos en las costas de Liguria, Corsica y Cerdeña. El proyecto de estilo barroco es del arquitecto Gio Batta Mavaldi, al cual lo sigue su hijo Giacomo Filippo, en el año 1706.

La iglesia contiene en su interior grandes obras de arte, entre ellos un púlpito de mármol blanco del 1500, el crucifijo de madera del Maragliano, así como un tabernáculo del año 1400 y una fuente para el bautismo del 1600.

En el Siglo XIV la zona costera era fuertemente amenazada por las incursiones turcas, por lo que fueron realizadas algunas obras defensivas como los muros de la Via Romana asi como la construcción del bastión de Mezzodí. Este último, comprado por el Municipio en el 2008, fue restaurado y utilizado para eventos culturales, algo que contradistingue a Cervo.

La pesca del Coral

Los pescadores de Cervo se dedicaron desde tiempos inmemoriales, a la pesca y venta del coral rojo: recogido del fondo marino, este precioso material se utilizaba para la creación de joyas y objetos de decoración.

Los pescadores partían de Cervo entre mayo y septiembre con sus embarcaciones rápidas llamadas “coralinas” y con sus redes recogían las ramas de corales. Los coralinos pescaban el coral en la zona cercana al islote de Mezzombre, cercana al estrecho de Bonifacio que separa Córcega y Cerdeña.

El 1600 fue para Cervo el siglo de oro: gracias a la pesca del coral muchas familias se enriquecieron gracias a la navegación y el comercio, y la población del lugar vivía un momento de prosperidad. Con las arcas llenas, los pobladores del borgo decidieron construir una iglesia más grande de la que tenían para dedicársela a San Giovanni (San Juan).

Los humildes pescadores ofrecieron sus brazos, y los más pudientes, pusieron el dinero. Utilizando los meses de invierno donde menos se trabajaba, los pescadores trasladaban hacia la playa los materiales para la construcción, y los marineros, con sus brazos, lo hacían llegar hasta el “Balzo”, la gran roca en lo alto, donde fue construida la iglesia.

Música y Literatura

A finales de la II Guerra Mundial, un grupo de intelectuales eligieron Cervo como su morada de verano, dando vida a un gran número de encuentros, reuniones y eventos artísticos, culturales y literarios..

Desde 1964, el Festival Internazionale di Musica da Camera lleva a Cervo a grandes intérpretes de música jazz y clásica, con conciertos que se realizan en la plaza del borgo que mira directamente al mar desde la altura.

Otro evento a destacar en este apacible lugar es el encuentro literario “Cervo ti strega” (Cervo te embruja), que desde el 2014 hospeda a los autores del prestigioso premio Strega italiano. En dos noches de gala, organizadas entre junio y julio, la plaza de los corales se transforma en un salón cultural.

En relación a la pintura, el concurso “Il Pennello d’Oro” ( el pincel de oro) – realizado desde hace 20 años el primer domingo de septiembre- convierte a esta pequeña ciudad medieval en una verdadera pinacoteca a cielo abierto.

El paisaje

Las colinas que se extienden detrás de Cervo están cultivadas en terrazas y dedicadas al olivo, siguiendo milenarias tradiciones que las han convertido en cultivables. A la espalda del borgo se encuentra el parque comunal del Ciapá, donde predomina la maquia, uno de los principales ecosistemas mediterráneos. Siguiendo las orquídeas salvajes se puede encontrar el sendero Il colle di Cervo.

El aire balsámico de yodo marino se mezcla sutilmente con el aire fresco que baja de los montes. La completa ausencia de industrias y de tráfico de automóviles, convierten a Cervo en un lugar ideal para desconectarse completamente del mundo moderno.

Cervo es también el punto de partida de algunos senderos de gran belleza en la provincia de Imperia. Subiendo por el Sentiero Liguria (Sendero de Liguria) se llega al Colle di Cervo y a la cumbre de Villa Colla: desde aquí se puede disfrutar de una de las mejores vistas de Liguria, que abarca 360 grados desde Capo Mele hasta Capo Berta, incluyendo todos los valles y montañas circundantes.

Una de las rutas más populares es el Sendero Giallo (amarillo), que se recorre en unos 45 minutos. Sale directamente de la Piazza Castello y continúa por la Strada San Bernardo. A partir de ahí, uno se adentra en hayedos, olivares y arbustos diversos. Hacia el final de la ruta, tendrá la oportunidad de ver la iglesia de San Bernardo di Chiaravalle, un edificio que data del siglo XIII.

Gastronomía

Aparte del ya conocido pesto de Liguria, realizado con una albahaca perfumadísima, el pestun du Servu es sin dudas lo que tenes que probar en Cervo. Esta salsa realizada con mortero a base de habas frescas es realizada desde hace generaciones, y es ideal para untar en pan o brusquetas o para acompañar al bacalao o todo tipo de carnes. Cervo cuenta además con grandes vinos tintos como el Ormeasco, el Rossese o el Cervo Rosso, o blancos como el Vermentino DOC o el Pigato, producidos sobre las colinas del territorio

Playas

Pero, por supuesto, Cervo es también un popular lugar de veraneo, especialmente para los que tienen familia. Además de ser un pueblo peatonal y, por tanto, sin problemas de tráfico, cuenta con una amplia y cómoda playa al otro lado de la carretera con algunos establecimientos de baño: le Ciapellette. Para los que prefieran rincones más apartados, también está Capo Cervo, una cala rocosa cerca del maquis mediterráneo que resulta muy atractiva.

La playa más bonita de Cervo es probablemente Capo Cervo. Rocosa y escarpada, la Torre Sarracena domina aquí, donde incluso los aficionados a la fotografía quedarán embelesados por la impresionante vista del mar.

En resumen, el Borgo di Cervo es un tesoro histórico de la región de Liguria. Su rica historia medieval, su producción de coral rojo y su hermosa arquitectura lo convierten en un lugar único y fascinante para visitar. Si buscas un destino turístico con encanto y con una gran riqueza cultural, no puedes perderte el Borgo di Cervo.