La crisis del coronavirus enfrenta a los países del norte y del sur del continente. Qué pasa en materia de política económica dentro de la Eurozona y cómo repercute en el escenario italiano.

Italia supera las 20 mil muertes durante el feriado de la Pasquetta, y si bien la curva epidemiológica ya no crece, muestra oscilaciones que hacen pensar a los expertos que la situación todavía, no está bajo control. Ayer, la cifra de muertos había sido la más baja en las últimas tres semanas pero hoy el número volvió a ser alto: 566 fallecidos.

Mejora el número de curados y hay menos internados, por lo que el sistema sanitario nacional resiste la epidemia. En Lombardía, la región más afectada, los datos también oscilan sin lograr aplanarse. Preocupa y mucho la ciudad de Milán, que con más de 14 mil contagios es el foco más importante del país. Con estos números, el gobierno nacional ya piensa en la apertura de la sociedad y la flexibilización de la cuarentena: la llamada Fase 2.

El viernes pasado, el primer ministro italiano Giuseppe Conte, anunciaba en televisión el nuevo decreto de extensión de la cuarentena hasta el 3 de mayo, más allá de los feriados de Pascua, el Día de la Liberación y el 1º de Mayo, así como la autorización para la apertura de pequeños comercios como librerías y de venta de ropa para niños, y fábricas que apoyan la cadena de producción de suministros de alimentos y productos farmacéuticos. Dicho decreto no contó con el aval de la oposición, quien votó en contra de la medida. La tregua política mantenida hasta este momento, se había roto.

Nuevo decreto

Se rompió el débil equilibrio político que había alcanzado Italia con la crisis del Coronavirus y el punto de ruptura llegó con el acuerdo alcanzado en el Eurogrupo, en el marco de las negociaciones de ayuda económica para los países afectados por la epidemia. Después de duras semanas de negociaciones, Roma a la cabeza de un grupo de países, exigía al grupo común la emisión de los Eurobonos, una salida solidaria y de mutualización de la deuda, donde los países de la UE compartan los riesgos ante un shock económico que no se debió a las malas decisiones de los gobiernos sino a un factor “externo”.

En el polo opuesto, La Haya, quien se rehusa a la emisión de estos bonos y pide una salida alternativa. Luego de maratónicas teleconferencias, los 27 ministros de finanzas del grupo lograron poner sobre la mesa un documento común, donde se establece la disposición de 540 mil millones de euros para combatir la crisis a través de varias medidas:

  • El MEDE, Mecanismo Europeo de Estabilidad
  • El BEI, acciones del Banco Europeo de Inversiones destinadas a empresas y pymes
  • El SURE, un Fondo de Ayuda al desempleo, un mecanismo creado por la Crisis del Covid-19; y
  • Un fondo de estímulo, con impuestos de la Unión Europea

 

El problema surge con el MEDE: llamado el Fondo salvaestados, este mecanismo se crea en el 2012 para salvar a Portugal, Grecia e Irlanda de la crisis mundial, y utiliza préstamos de asistencia financiera para países en dificultades pero cuyas condiciones son muy severas al igual que el control por parte de la Comisión Europea, el FMI y el Banco Europeo.

Este mecanismo fue el disparador de ruptura dentro del Parlamento italiano, y fue precisamente Conte quien aprovechando su conferencia de prensa, acusó a los principales líderes de la oposición, Matteo Salvini, de La Liga (Centro derecha) y Giorgia Meloni, de Fratelli di Italia (extrema derecha), de intentar debilitar la negociación con la Unión Europea con mentiras respecto al MEDE. Según Conte, el acuerdo se habría alcanzado tras el compromiso por parte de los otros países de no establecer programas de ajuste.

 

La derecha italiana puso el grito en el cielo ante la posibilidad de aceptar un acuerdo como este, y hasta el Movimiento 5 Estrellas, aliado del Partido Demócrata en la coalisión que lidera Conte, se mostró reacio al mismo. El documento del acuerdo, establece además la discusión de fondos para la reconstrucción económica a debatirse después de junio. ¿Por qué en el segundo trimestre y no ahora que la crisis apremia? Es en esa época que la presidencia de la Unión Europea recae sobre Alemania, por lo que será Angela Merkel la encargada de negociar este acuerdo.

Con una oposición buscando generar una moción de desconfianza para hacer caer el gobierno, y una cruda negociación en el plano europeo, Conte no la tiene nada fácil. Un acuerdo por parte del Eurogrupo podría traer un desenlace trágico para su gobierno, mientras que la falta de acuerdo podría socavar la ya endeble situación de la Unión Europea, que luego del Brexit y la crisis sanitario-económica del Coronavirus, tiene serios riesgos de fragmentarse. Habrá que esperar una semanas más a ver qué deciden los líderes máximos de los países respecto a las ayudas y la manera en que se resolverá esta crisis.

Las palabras de Francesco

Durante la celebración de la Pascua y su habitual discurso en la Basílica de San Pietro, el Papa Francesco habló sobre la difícil situación económica y política que está atravesando el continente. Con un pedido de solidaridad económica entre países para afrontar la pandemia, el Papa pidió también perdonar las deudas y volver a retomar el espíritu de unidad que se logró luego de terminada la II Guerra Mundial. “Hay que buscar soluciones innovadoras” pidió el Santo padre a Europa y “no dejarse llevar por el egoísmo”.

Otro que habló de deudas es Joshep Stiglitz, el premio Nobel de Economía en una editorial publicada por la revista Internazionale dice que la reestructuración de las deudas debe ser una prioridad. “El riesgo de una insolvencia en cadena es muy alto. La comunidad internacional está entre hacer una suspensión ordenada o una desordenada. Sería mejor si tuviéramos un mecanismo institucionalizado para la reestructuración de la deuda pública. Quizás es tarde para crear rápido un sistema de este tipo. Pero habrán otras crisis”, dice y termina: “Si solo la comunidad internacional sacara la cabeza afuera de la arena”.

Un nuevo plan Marshall

Del otro lado del océano, Donald Trump firmó este fin de semana un memorándum donde autoriza la movilización de 30 mil soldados nortamericanos que ya están en bases de USA en Italia, a prestar ayuda hospitalaria y técnica en la península. Además, prometió sostener a Italia en la crisis económica que seguirá a la pandemia.