Miles de personas alrededor del mundo no pueden volver a sus casas tras cerrarse las fronteras por la crisis del Coronavirus. Los aeropuertos quedaron inoperativos y el mundo globalizado, desconectado. Historias de varados y de terminales vacías.

Tras el cierre de fronteras en el mundo, miles de turistas, estudiantes y trabajadores no pudieron volver a sus países, en un hecho sin precedentes en la historia moderna. Los últimos aviones de repatriación surcaron los aires del mundo las últimas dos semanas, y quien no entró en uno de ellos, no pudo volver a casa. Una pandemia azota al planeta y mientras se impone una cuarentena obligatoria, muchas personas quedan a la deriva.  Con niños, enfermos, con miedo: ese país que los acogía se vuelve violento y desconocido, y volver a casa se convierte en un imperativo de supervivencia.
Gobiernos, embajadas y compañías aéreas debieron ponerse de acuerdo en una medida conjunta y global, para establecer un corredor humanitario a estas personas, como si se tratase de una de esas migraciones descontroladas de los últimos tiempos. Pero nada de eso pasó. Los relatos parecen mensajes en una botella que trae la marea. Los aeropuertos se vuelven lugares fantasmas, fríos, despojados de vida. Ya no hay puertas que se abren para volver a algún lado. Los aviones ya no vuelan y las personas ya no confían en los aviones.

Según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo, IATA, en el escenario actual, en el que los gobiernos reducen drásticamente los viajes y las aerolíneas están cancelando vuelos y paralizando su flota, los ingresos por pasajeros se están reduciendo a cero. Esto conlleva una pérdida de flujo operativo para los próximos meses de decenas de millones de euros, a lo que hay que sumar los reembolsos a clientes. Algunos ejecutivos de las líneas aéreas en todo el mundo ya han solicitado apoyo estatal por el desplome del tráfico de pasajeros.

La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) estima que el brote podría costarle a las aerolíneas hasta 113.000 millones de dólares.

 

Los siguientes testimonios me llegaron a través de Micaela, quien está varada en Francia junto a otras 150 personas. Después de intentarlo todo, las vías diplomáticas y canales de comunicación con las empresas, ya no saben a quién recurrir. De aeropuerto en aeropuerto, embarcando y desembarcando, el cielo es otra vez inalcanzable.

Deborah
“Buenos días, mi nombre es Deborah y actualmente me encuentro varada en Francia junto a mi marido mi mamá y mi bebé de 2 años. Les quiero contar un poquito la historia de cómo quede varada a Francia. Nosotros viajamos al continente europeo antes que se declarara la pandemia (9/3) y antes del decreto presidencial que prohíbe  el ingreso de vuelos provenientes de Europa. Al llegar a Alicante la vida de la ciudad era normal, bares, restaurantes y negocios abiertos. A los tres, cuatro días, el presidente de España empieza a tomar medidas.  Al mismo tiempo en Argentina se dicta el decreto presidencial que prohíbe el ingreso de vuelos de Europa. Entonces comencé a mandar mensajes a la compañía Al mundo a quien le habíamos comprado el pasaje de vuelta para el día 28/3 vía Londres. Desde la misma la única respuesta que obtuvimos es:

‘Te estamos poniendo en contacto con uno de  nuestros agentes, espera un momento por favor. En este momento todos nuestros agentes están ocupados, por favor aguarde un instante para ser atendido’.

Nunca nos atendieron. También intenté contactarlos por Facebook y ahí me decían que me comuniqué 72 hs antes del vuelo comprado. Desde Alicante, nos movilizamos a Portugal (ya estaba pautado). Apenas llegamos, el lunes 16/3 Portugal cierra la frontera con España y viceversa. Es decir que volver vía Madrid, ya era imposible más allá del gran foco de infección que en ese momento existía. Completamos el formulario de cancillería y la única respuesta que recibimos fue que teníamos que volver por nuestros propios medios.

¿Y si no tenes casa? La historia de la Renault 4 que viaja por Italia

Aerolíneas Argentinas no tiene ruta a Portugal. A raíz de ello, y ante la desesperación de encontrarme con un bebé, un buen hombre que conocí en la puerta de la embajada de nacionalidad portuguesa nos prestó la tarjeta de crédito para comprar nuevos vuelos hacia Argentina. Así es como compramos un vuelo por Air France Lisboa-Santiago de Chile (con escala en París) y por Latam Santiago de Chile- Buenos Aires.

Llegamos a París, el 23/3. Esperamos todo el día en el aeropuerto con el bebé y cuando estábamos embarcando no permitieron que ingresemos al avión por que Chile ya no aceptaba pasajeros extranjeros de tránsito.  Nos modificaron el vuelo para el otro día a Sao Pablo. Nuevamente en la puerta de embarque nos prohibieron el ingreso por que no teníamos el vuelo de Brasil a Buenos Aires. Realmente lo que viví no se lo deseo a nadie, esos días dormimos en el aeropuerto y solo había un kiosko abierto que ni siquiera vendía leche, es decir no le pude dar la mamadera a mi hijo. Asimismo nos volvieron a modificar el pasaje para el 27 de marzo. Entonces compramos para el 28 por Ethiopan la ruta Sao Pablo-Buenos Aires. Dos días después me cancelaron el vuelo y tampoco pudimos viajar.

El número de pasajeros se hunde un 97%. A fines de marzo había casi 7.000 aviones​ de pasajeros estacionados en aproximadamente 600 puntos de todo el mundo.

 

Durante todo ese tiempo no nos dejaban salir del aeropuerto ya que Francia se encuentra en cuarentena y no permite el ingreso de extranjeros. A raíz de ello y gracias a las gestiones de la embajada argentina, tratándose de una cuestión humanitaria el gobierno francés nos permitió salir de la terminal, sino todavía seguiríamos ahí. Los primeros dos días estuvimos en un hotel y luego para abaratar costos nos alquilamos un departamento  a 30 km de París. No recibimos ayuda de nadie y tampoco respuesta de nadie, los recursos se nos van acabando. De hecho tendría que estar cumpliendo la cuarentena en Buenos Aires para luego reintegrarme en mi trabajo.Yo sólo quiero volver a mi casa solo pienso en mi bebé que en este momento está completamente desprotegido, sin ningún tipo de derecho ni acceso a la salud.  Solicitamos que por favor se habiliten vuelos directos a la Argentina por Air France o cualquier compañía”.

Mar y Carli
“Somos Mar y Carli, una pareja que estamos en Francia desde abril 2019 con la visa VVT, la cual se nos vence en éstos días. Actualmente estamos en Courchevel (Alpes Franceses) ya que hasta el 16/3 trabajamos en un hotel, el cual cerró y nos quedamos sin trabajo. Nos dejaron quedarnos en el departamentos que estábamos, lo cual es un gran alivio. Con todo esto necesitamos adelantar nuestra vuelta a Argentina ya que no tenemos ingresos y el alojamiento no es por mucho tiempo más. Nosotros teníamos tickets de vuelta comprados (Iberia) pero el vuelo fue cancelado. Estamos esperando que autoricen un vuelo desde París para poder volver cuanto antes.”
Trinidad y Marco
“Mi nombre es Trinidad Viturro, tengo 34 años, y vine a Francia de turista. Me hospeda una pareja de amigos en Niza, no soy de riesgo, desde el 12 de marzo estoy averiguando para volver y decidí no ir al aeropuerto como era sugerencia de la agencia y de Cancillería porque me pareció peligroso”.
Mi nombre es Marco Agustín Reynoso. Soy turista, tengo 24 años, me encuentro en el sur, en un pueblo llamado Montsalier. Estaba viajando y por suerte una pareja conocida me hospeda. Intenté comprar los vuelos de regreso con AirFrance y fue imposible, me daba error y el teléfono no me atendió más. Me dijeron que la solución era ir a ‘ver si encontraba’ en París, pero París queda a 1000 km, e ir ‘a ver’ era demasiado riesgo. No genero ingresos de nada, estoy anotado en el formulario desde el 15 de marzo”.
Laura
“Hola, mi nombre es Laura, estaba trabajando en Toulouse, el 26/3 volvía por Lufthansa. Me cancelaron el viaje y me tienen que reembolsar, desde el 16 que me anoté en el formulario de Cancillería, sin tener respuesta, compre otro pasaje por Air Canada para volver a casa pero en el transcurso del viaje (de Francia a Canadá) cerraron las fronteras. Al llegar allá me dijeron que tenía que volverme a París y desde entonces estoy acá. Por suerte me están alojando, pero hasta el 10/04, quizás me pueda quedar unos días más, luego no sé para dónde iré si no hay respuestas”.
Jorge
“Soy Jorge, tengo 29 años,, estoy como muchos con una visa de un año, a algunos se les término y a otros se nos termina este mes o en mayo, así que la mayoría íbamos a volver para estas fechas a Argentina. Estoy en los Alpes, en un departamento que me presta mi ex trabajo, pero no sabemos hasta cuándo, a algunos los echaron, entre ellos a una argentina. A otros directamente los desalojaron y están alquilando algo pero es caro mantenerse acá sin trabajar. Estamos gastando todos los ahorros que pensábamos llevar a Argentina. No soy de grupo de riego gracias a Dios”.
Micaela
“Soy Micaela, tengo 27 años me encuentro en Francia por estudios desde julio de 2019. Si bien tengo una beca, es mínima y apenas me alcanza para pagar el alquiler. Trabajaba en un restaurante y cuidando niños pero debido al cierre de todo me quedé sin trabajo. Tenía previsto viajar el 13 de abril por LATAM pero mi vuelo fue cancelado. El lugar en el que vivo está alquilado después del 15 de abril”.
14 Cruceristas
“Somos 14 argentinos que estamos alojados en un hotel en Lyon. Quedamos varados el  21 de marzo y  nos bajaron el 26 del crucero MSC Splendida. De Marsella nos trajeron a Lyon. Yo tengo 80 años y el resto entre 70 y 30.  personalmente tengo tratamiento oncológico entre otra cosas y mi hija es celíaca”.
Vuelos sin nadie
No son pocas las denuncias de personas varadas que ven con indignación cómo los aviones despegan hacia sus destinos, completamente vacíos. Las políticas aeroportuarias de la Unión Europea obligan a las empresas a realizar los vuelos asignados, ya que de lo contrario perderían esas rutas. Según esa ley, las aerolíneas deben cumplir por lo menos con el 80 por ciento de esas frecuencias. En un momento como este la no suspensión de este tipo de medidas, pone en evidencia la falta de políticas humanitarias coordinadas a la hora de una catástrofe y el desprecio que nuestras sociedades y economías tienen del medio ambiente.  Según un artículo publicado en CityLab, un vuelo que va a Londres a Hong Kong para un solo pasajero produce alrededor de 1,82 toneladas métricas de CO2. Más de la contaminación por carbono que produce una sola persona en todo un año.
Si alguien está en condiciones de brindar algún tipo de ayuda a estas personas, comunicarse a través del Grupo de Whatsapp en este link.